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Quistes de Tarlov: Una Afección Neurológica Poco Común pero Debilitante

  • Foto del escritor: Victoria Ramos
    Victoria Ramos
  • 6 jun
  • 6 Min. de lectura

Los quistes de Tarlov, también conocidos como quistes perineurales o aracnoideos de las raíces nerviosas, son sacos llenos de líquido cefalorraquídeo (LCR) que se forman en la vaina de la raíz nerviosa de la médula espinal. Aunque la mayoría de estos quistes son asintomáticos y se descubren de forma incidental, en algunos casos pueden crecer lo suficiente como para comprimir las raíces nerviosas adyacentes o la médula espinal, dando lugar a una variedad de síntomas neurológicos que pueden ser extremadamente debilitantes.


¿Qué son exactamente los Quistes de Tarlov?


Estos quistes son dilataciones de la vaina aracnoidea de las raíces nerviosas, más comúnmente encontradas en la región sacra de la columna vertebral (S1 a S4). Aunque su patogénesis exacta no se comprende completamente, se cree que se originan de una comunicación unidireccional entre el espacio subaracnoideo y el quiste, permitiendo la entrada de LCR pero dificultando su salida, lo que lleva a un aumento de tamaño.


Síntomas: Un Espectro Variable y a Menudo Doloroso


Los síntomas de los quistes de Tarlov son altamente variables y dependen de la ubicación, el tamaño del quiste y la extensión de la compresión nerviosa. Es importante destacar que muchos individuos con quistes de Tarlov son asintomáticos, y los quistes se descubren a menudo de forma incidental durante resonancias magnéticas (RM) realizadas por otras razones. Sin embargo, cuando los síntomas se manifiestan, pueden incluir:


  • Dolor: Este es el síntoma más común y puede ser localizado en la región sacra, glúteos, piernas (simulando ciática), periné e incluso los genitales. El dolor suele empeorar al sentarse, estar de pie o toser, y puede aliviarse al acostarse.

  • Parestesias y disestesias: Sensaciones anormales como hormigueo, entumecimiento, quemazón o pinchazos en las áreas inervadas por las raíces nerviosas afectadas.

  • Debilidad muscular: Puede presentarse en las piernas o los pies, afectando la marcha y la capacidad de realizar ciertas actividades.

  • Disfunción vesical e intestinal: Dificultad para orinar (retención urinaria), incontinencia urinaria o fecal, y estreñimiento. Estos síntomas son particularmente preocupantes y sugieren una compresión significativa de las raíces nerviosas del plexo sacro.

  • Disfunción sexual: Dolor durante las relaciones sexuales o dificultad para lograr la erección en hombres.

  • Dolor de cabeza: Especialmente si los quistes se comunican con el espacio subaracnoideo y se produce una fluctuación en la presión del LCR.

  • Alteraciones de la sensibilidad: Disminución o pérdida de la sensibilidad al tacto, temperatura o vibración en las áreas afectadas.


Es crucial reconocer que estos síntomas pueden imitar los de otras afecciones de la columna vertebral, como hernias discales o estenosis espinal, lo que a veces dificulta el diagnóstico inicial.


Diagnóstico: Un Camino Hacia la Confirmación


El diagnóstico de los quistes de Tarlov se basa principalmente en la combinación de la historia clínica del paciente, el examen físico y estudios de imagen.


  • Historia Clínica y Examen Físico: El médico recopilará información sobre los síntomas, su duración y su impacto en la vida diaria. El examen físico puede revelar déficits neurológicos como debilidad, alteraciones de la sensibilidad o reflejos anormales.

  • Resonancia Magnética (RM) de Columna Vertebral: Este es el método de diagnóstico por imagen de elección. La RM puede visualizar claramente los quistes, determinar su tamaño, ubicación y si están comprimiendo las estructuras nerviosas adyacentes. Las secuencias de RM con contraste pueden ayudar a diferenciar los quistes de otras lesiones.

  • Mielografía por TC (Tomografía Computarizada): En algunos casos, especialmente si la RM no es concluyente o para evaluar la comunicación del quiste con el espacio subaracnoideo, se puede realizar una mielografía por TC. Este estudio implica la inyección de un medio de contraste en el espacio subaracnoideo, lo que permite visualizar el flujo del LCR hacia el quiste.

  • Electromiografía (EMG) y Estudios de Conducción Nerviosa: Aunque no son diagnósticos para los quistes en sí, pueden ser útiles para evaluar la función de los nervios afectados y determinar el grado de daño neural.


Tratamiento: Desde el Manejo Conservador hasta la Intervención Quirúrgica

El enfoque de tratamiento para los quistes de Tarlov depende en gran medida de la presencia y severidad de los síntomas.


  • Manejo Conservador: Para pacientes asintomáticos o con síntomas leves, el manejo conservador es la primera línea de acción. Esto puede incluir:

    • Medicamentos: Analgésicos (antiinflamatorios no esteroideos, neuromoduladores como la gabapentina o la pregabalina) para controlar el dolor neuropático.

    • Fisioterapia: Ejercicios para fortalecer los músculos, mejorar la postura y reducir la presión sobre los nervios.

    • Manejo del dolor: Terapias como la terapia de calor/frío, acupuntura o técnicas de relajación.

    • Drenaje de LCR: En casos muy seleccionados y bajo estricta supervisión médica, se puede considerar la punción lumbar para drenar LCR y aliviar la presión temporalmente, aunque esto no es una solución a largo plazo y conlleva riesgos.

  • Intervención Quirúrgica: La cirugía se considera para pacientes con síntomas progresivos, dolor severo e incapacitante que no responde al tratamiento conservador, o evidencia de compresión neurológica significativa. Los objetivos de la cirugía son descomprimir las raíces nerviosas y prevenir el crecimiento futuro del quiste. Las técnicas quirúrgicas pueden incluir:

    • Fenestración y microsutura: El cirujano realiza una pequeña incisión en el quiste para drenar el LCR y luego sutura la abertura para evitar que el LCR vuelva a acumularse. Esto puede implicar el uso de materiales como injertos de grasa para sellar la apertura.

    • Derivación (shunting): En casos complejos, se puede insertar un tubo (shunt) para desviar el LCR del quiste a otra parte del cuerpo, como la cavidad peritoneal.


La decisión de proceder con la cirugía es compleja y debe tomarse después de una evaluación cuidadosa por parte de un equipo multidisciplinario, incluyendo neurocirujanos, neurólogos y especialistas en manejo del dolor. Es importante discutir los posibles beneficios y riesgos de la cirugía, ya que no siempre garantiza una resolución completa de los síntomas y pueden presentarse complicaciones.


Últimos Estudios y Avances en la Investigación de los Quistes de Tarlov


La investigación sobre los quistes de Tarlov continúa evolucionando, buscando comprender mejor su patogénesis, mejorar las técnicas de diagnóstico y optimizar los enfoques de tratamiento. A continuación, se detalla uno de los estudios recientes que ilustra los avances en este campo:


Estudio: "Comparative Study on the Efficacy and Safety of Different Surgical Approaches for Symptomatic Sacral Tarlov Cysts: A Retrospective Analysis of 120 Cases"


  • Este estudio retrospectivo fue realizado en el Departamento de Neurocirugía del Hospital General de Ningbo, China. Publicado en revistas especializadas en neurocirugía, demuestra un interés global en esta afección.

  • Objetivo del estudio: El estudio tuvo como objetivo comparar la eficacia y seguridad de dos enfoques quirúrgicos principales para el tratamiento de quistes de Tarlov sacros sintomáticos:


    1. Microfenestración y relleno del quiste (Microfenestration and Cyst Filling - MCF): Esta técnica implica la apertura del quiste para drenar su contenido y el posterior llenado de la cavidad con injerto de grasa autóloga o material biológico para prevenir la recurrencia.


    2. Microsutura de la comunicación quiste-espacio subaracnoideo (Microsuture of Cyst-Subarachnoid Space Communication - MSC): Esta técnica se enfoca en identificar y ocluir la comunicación entre el quiste y el espacio subaracnoideo para detener el flujo de LCR hacia el quiste.


  • Metodología: Los investigadores analizaron retrospectivamente los datos de 120 pacientes con quistes de Tarlov sacros sintomáticos que se sometieron a cirugía en su institución entre enero de 2010 y diciembre de 2020. Los pacientes fueron divididos en dos grupos según la técnica quirúrgica recibida. Se evaluaron los resultados clínicos (mejoría del dolor, síntomas neurológicos), la tasa de recurrencia y las complicaciones postoperatorias.

  • Conclusiones y Resultados Clave:

    • Mejoría de los síntomas: Ambos grupos quirúrgicos mostraron una mejoría significativa en el dolor y los síntomas neurológicos postoperatorios. La tasa de éxito general (definida como una mejoría subjetiva del dolor y/o los déficits neurológicos) fue alta en ambos grupos.

    • Tasa de recurrencia: El estudio encontró que la tasa de recurrencia de los quistes fue significativamente menor en el grupo de MSC (microsutura) en comparación con el grupo de MCF (microfenestración y relleno). Esto sugiere que el cierre efectivo de la comunicación entre el quiste y el espacio subaracnoideo es crucial para prevenir la reacumulación de LCR.

    • Complicaciones: Las complicaciones postoperatorias fueron generalmente bajas en ambos grupos, e incluyeron principalmente fuga de LCR transitoria o dolor postoperatorio temporal. No se reportaron complicaciones graves a largo plazo.

    • Recomendaciones: Los autores concluyeron que tanto la microfenestración con relleno como la microsutura son opciones quirúrgicas efectivas para el tratamiento de quistes de Tarlov sacros sintomáticos. Sin embargo, sugirieron que la microsutura de la comunicación quiste-espacio subaracnoideo podría ofrecer una ventaja en términos de prevención de la recurrencia, lo que la convierte en una opción preferible cuando es anatómicamente factible.


Este estudio destaca la evolución de las técnicas quirúrgicas, enfatizando la importancia de abordar la patogénesis subyacente del quiste (la comunicación con el espacio subaracnoideo) para lograr resultados a largo plazo más favorables. La investigación continua es vital para refinar las estrategias de tratamiento y mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados por esta compleja afección.


Los quistes de Tarlov, aunque a menudo benignos, pueden ser una fuente significativa de dolor y disfunción neurológica. Un diagnóstico preciso, logrado principalmente a través de la resonancia magnética, es el primer paso para un manejo eficaz. Si bien muchos pacientes se benefician de enfoques conservadores, la cirugía puede ofrecer alivio sustancial para aquellos con síntomas graves y progresivos. La investigación en curso, como el estudio del Hospital General de Ningbo, continúa arrojando luz sobre las mejores prácticas quirúrgicas, abriendo el camino hacia tratamientos más efectivos y una mejor comprensión de esta enigmática condición. Para los pacientes que sufren de quistes de Tarlov, la esperanza reside en un diagnóstico temprano, un manejo personalizado y el avance continuo de la ciencia médica.


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