El Dolor Invisible: Reflexiones Sobre la Fibromialgia y el Riesgo de Suicidio
- Victoria Ramos
- 27 abr
- 2 Min. de lectura
Vivir con fibromialgia es una experiencia profundamente desafiante. No se trata solo de enfrentar un dolor físico constante, sino también de lidiar con la incomprensión, el cansancio extremo, las limitaciones diarias y el aislamiento emocional que esta enfermedad puede traer. Todo esto, acumulado día tras día, puede abrir la puerta a pensamientos muy oscuros.
Quiero hablarte de algo que muchos vivimos, pero que casi nadie se atreve a mencionar: el riesgo de suicidio en pacientes con fibromialgia.
Una Realidad Silenciada
Durante mi propio proceso, hubo momentos en los que sentí que ya no podía más. Contemplé el suicidio y también llegué a pensar en la eutanasia. Son palabras fuertes, lo sé, pero son parte de una verdad que necesitamos visibilizar sin miedo ni vergüenza.
El dolor crónico no solo deteriora el cuerpo, también puede desgastar la mente y el alma. Luchar cada día contra un sufrimiento invisible, sumado al peso de sentir que “nunca mejoras” o que “nadie entiende” lo que vives, puede llevarte a lugares muy oscuros emocionalmente.
Muchos pacientes sienten culpa y vergüenza solo por tener estos pensamientos, lo que los aísla aún más. Pero pensar en el suicidio no te hace débil, ni malo, ni menos valioso. Es una reacción humana a un sufrimiento intenso que parece no tener fin.
La Importancia de Pedir Ayuda
Yo pedí ayuda. Y te aseguro que fue una de las decisiones más valientes que tomé. No tienes que cargar solo con ese dolor emocional. Buscar apoyo psicológico, hablar con alguien de confianza o acudir a grupos de apoyo puede marcar una diferencia enorme.
No temas expresar lo que sientes. No estás solo/a.
Compartir estos pensamientos no te condena; te libera. Te conecta con personas que también han pasado por ahí y que pueden tenderte una mano cuando más lo necesitas.
Un Llamado a la Vida
Hoy, desde el lugar donde estoy, puedo decirte que pedir ayuda salva vidas. Que la vida, aunque esté llena de retos, todavía puede ofrecerte momentos de paz, de alegría y de propósito.
No niegues tu dolor, pero tampoco niegues tu derecho a vivir una vida digna y con amor, incluso con fibromialgia. Cada día que decides quedarte, cada pequeño paso que das hacia tu bienestar, es un acto de valentía.
✨ Recuerda: Hay luz más allá del dolor. Hay esperanza. Y tú mereces vivir para encontrarla.
Comparte y hagamos visible lo invisible.

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